
“Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Rom 3:10-12)
La Caída
Dios lo hizo todo bueno y le ordenó a Adán a cuidar de la Tierra. Ellos podrían comer de todo árbol que se encontraba en el Edén, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Al comer de ese árbol morirían. Ellos comieron, y con eso, el pecado y la muerte hicieron su entrada a la humanidad. (Génesis 2:16-17).
Todos pecamos en Adán, lo cual nos separa de nuestro Dios santo. Y el pago correcto por el pecado es la muerte. Todos merecemos el castigo (1 Corintios 15:21-22, Romanos 5:12-19).
El Plan
Desde la caída, Dios nos habló de su plan de Salvación: un descendiente de Eva vendría a destruir el poder del mal de una vez por todas. (Génesis 3:14-15).
El Mesías prometido vendría a pagar la deuda que hombres y mujeres tenían delante de Dios debido a sus pecados. La ira de Dios contra el pecado sería satisfecha.
En la espera, Dios proveyó de una manera de hacer sustitución por nuestros pecados. El sacrificio de animales sin mancha simbolizaba que Dios estaba perdonando a las personas al poner la culpa del pecado sobre esos corderos. (Levítico 9:7, Levítico 16:16-22, Hebreos 9:13-14).
“Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Hebreos 9:13-14 RVR60
El Camino
Jesús es el Cordero de Dios que quita nuestros pecados. (Juan 1:29, 3:16)
“Dios mismo apacigua su ira contra el pecado para que su amor pueda ir y salvar a pecadores”.
James Montgomery Boice
Somos justificados por gracia a través de poner nuestra fe en Jesucristo como Dios y como el sacrificio sustitutorio por nuestros pecados. No tenemos que hacer nada para ganarnos su favor. Solo creer que Jesucristo es el Hijo de Dios y que en su sacrificio en la cruz la ira de Dios fue satisfecha. Y al morir, Cristo tomó mi lugar y LEGALMENTE pagó mi deuda. (Efesios 2:8)
“Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios”
Efesios 2:8 NBLA
[1]Boice, James Montgomery. Foundations of the Christian Faith. Page 313
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