
Tengo tantos planes, tantas listas, tantas metas que lograr. Proyectos de oficina, de escritura, de limpieza, de lectura, de memorización, de jardinería, de pagos, de comidas…¡de todo!
¿Cómo se supone que pueda crecer espiritualmente en este tiempo? Si hay tantas demandas. Especialmente en este tiempo cuando mis hijos dependen tanto de mí. Para ir al baño, para comer, para vestirse, para bañarse, para subirse al carro, para bajarse del carro…¡para todo!
Sinceramente, necesito empezar escribiéndote esto haciendo una oración:
Dios,
Perdóname por a veces ver a mis hijos como estorbos de mis metas en lugar de verlos siempre como regalos tuyos (Salmo 127:3) y como instrumentos en tus manos para moldearme a mí para que me parezca más a Cristo. Permíteme ver cada necesidad de ellos como una oportunidad para servirte (Mateo 25:35-40) y darte gloria a Ti (Colosenses 3:23).
En el nombre de Jesucristo, Amén.
Confía en la soberanía de Dios
Imagina que vas manejando hacia un lugar y comienza a llover. Decides dar la vuelta, regresar e ir a un lugar mas cercano, siguiendo el mismo objetivo: sentarte a tomar café y trabajar en tu computadora.
Siento que así es esto de crecer con Dios cuando tienes niños pequeños. Aunque habías decidido ir a tu lugar favorito y terminaste en un lugar menos moderno o cómodo, el objetivo principal se cumplió.
Dios sigue haciendo su trabajo, en esta etapa. De una manera diferente. Pero el sigue siendo fiel, presente y dándote más de Él. Aún más, esta es su forma de hacerte crecer, esto no es para el un obstáculo o un contratiempo con el cual el tenga que maniobrar y hacer ajustes para lograr Sus propósitos en ti. Esta etapa de tu vida es la que él quiere usar en este momento para cultivar en ti el carácter de Cristo.
“El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6b RVR60
Pídele ayuda a Dios
Si el Espíritu de Dios está en ti, este deseo de conocer más de él y de ser usada en tu comunidad es algo bueno.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve mas para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” Mateo 5:13,14
Podemos venir a él, con honestidad y pedirle que nos ayude a encontrar el tiempo y el espacio para hablar con él y seguir aprendiendo de él (Mateo 7:7-9). Este deseo que Dios puso en tu corazón no debería causarte ansiedad o culpabilidad.
Padre, provéeme del espacio y tiempo para pasar tiempo en oración y en la lectura de la Palabra. Dame creatividad para adaptarme a esta nueva etapa de mi vida tan ocupada. Usa el tiempo que tu pones en mis manos y dame sabiduría para discernir cuándo servir y cuándo pasar tiempo a solas contigo. Y ayúdame a ver a mis hijos siempre como discípulos que tu has puesto para que yo sirva e instruya en tu Palabra. (Deuteronomio 6:7)
5 cosas prácticas
Aquí te van algunas actividades que me han ayudado a adaptarme y seguir aprendiendo del Señor:
- Tener mis prioridades y metas listas al inicio del día. Mi plan de ayer era leer 2da Samuel capítulos 5, 6 y 7. Los leí en aproximadamente 5 partes separadas. Fui interrumpida, pero seguí regresando a mi Biblia abierta en la cocina, en lugar de cerrar mi Biblia después de la primera interrupción y olvidarme de ella por el resto del día.
- Leer la Biblia en voz alta a mis hijos (si es bebé, el solo quiere escuchar tu voz). Mientras estaban jugando viéndose sus manos, algunas veces me acosté con ellos en el suelo con la Biblia abierta y leyéndoles. No importa si no tengo completo silencio como lo tenía antes. Su Palabra es viva y eficaz, ¡puede hacer su trabajo aún a través del ruido y las interrupciones! Mientras desayunamos o almorzamos es una buena hora también.
- Leer historias de la Biblia para niños. Puedes encontrar algunas buenas opciones y leer pidiéndole que El use estas historias sencillas para enseñarte a ti también.
- ¿Puedes salir de tu casa? si tu esposo, mamá o amiga puede visitarte por unas horas, pero absolutamente necesitas tiempo a solas con Dios, pide que se queden unas horas con tus hijos. Encuentra un parque, una biblioteca o aún tu propio cuarto.
- Memorizar versículos. Esta es una de las prácticas favoritas en estos últimos meses. Mi hija tiene 3 años y le gusta decir sus versículos a cada rato y decírselo a cuanta gente encuentra. He descubierto que mi capacidad de memorizar no es tan mala. Los escribo en tarjetas pequeñas que traigo en mi bolsa, los escribo en un pizarrón blanco y los decimos a la hora de cenar y de ir a dormir.

A.W. Tozer dice: “Recordémosle a Dios en nuestro tiempo de oración privada que cada acto, lo hacemos para Su gloria; entonces suplementemos ese tiempo con mil oraciones en nuestra mente mientras caminamos por esta vida. Practiquemos el arte fino de hacer de cada trabajo una manifestación sacerdotal. Creamos que Dios está en todos nuestros actos simples y aprendamos a encontrarle a Él ahí.” [1]
Referencia:
[1] Tozer, A. W., (1977), La Búsqueda de Dios, Chicago, Illinois, The Moody Bible Institute of Chicago
Otros recursos:
Este articulo de Jen Wilkin menciona algunas maneras de servir a nuestros hijos cuando los vemos como nuestro “prójimo”.
Este artículo de Risen Motherhood comparte “Seis ideas de mantenerte en la Palabra cuando eres una mamá joven”
Un comentario sobre “Tengo niños pequeños, ¿cómo puedo crecer espiritualmente?”