
Es verdad que Dios nos acepta tal como somos. Si hemos puesto nuestra fe en Él, Él nos ha hecho sus hijos, así: con todos nuestros defectos. Pero al adoptarnos, Él también nos ha hecho nuevos, con la capacidad de luchar contra nuestro pecado de flojera, de falta de disciplina, de deseo de tener gratificación [...]